Sociedad cristiana y ley cristiana | Tolstoi

“La sociedad cristiana, tal como existe ahora, no sigue la ley cristiana en su auténtico significado.

Casi todos los esfuerzos de la mente humana se dirigen, no a aligerar el trabajo del trabajador, sino a conseguir que la ociosidad de los ociosos sea más placentera.

Si una persona pudiera observar desde lejos nuestro mundo, vería tanta estupidez y odio que, probablemente, lloraría. Cometemos muchos actos excéntricos, estúpidos y odiosos. Una persona caza animales salvajes, y él mismo se vuelve un animal. Otra da de comer a bueyes y caballos para que lleven cargas, y desprecia a la gente que se muere de hambre. Otras personas gastan muchísimo dinero en construir gigantescas mansiones, y no hacen nada por ayudar a la gente que carece de techo. Algunas personas sólo buscan beneficios, otras se dedican sólo a la disipación, y otras roban.

En todos estos excesos, en todos estos comportamientos criminales, vemos gente que sólo se preocupa de sí misma, sin pensar en las cosas más necesarias de este mundo. San Juan Crisóstomo.

Desafía a las leyes de la naturaleza que un niño mande a un adulto, o que un estúpido guíe a un hombre sabio. Del mismo modo, es contrario a las leyes de la naturaleza que un reducido grupo de gente se regale en exceso, cuando se descuidan las necesidades básicas de una inmensa multitud de gente hambrienta.

Sólo existe una cosa en este mundo que merezca la dedicación de toda una vida. Es crear más amor entre las personas y destruir las barreras erigidas entre ellas.”

Tolstoi,

Calendario de la sabiduría

(para los 9 de junio de cualquier año)