El matrimonio de conveniencia | Wolfgang Münchau

El matrimonio de conveniencia de Sánchez

Wolfgang Münchau

04-02-2021

Pedro Sánchez juega un juego peligroso. El País informa que el presidente del Gobierno español fue criticado ayer tras sus comentarios de que Santiago Abascal, líder del partido de extrema derecha español Vox, era un dirigente con destellos de sentido de Estado y responsabilidad. En la misma sesión del Congreso de los Diputados, los miembros de Vox pasaron a despotricar contra una invasión de inmigrantes a España, lo que provocó protestas generalizadas y acusaciones de fascismo.

El drama de ayer demuestra los escollos de aceptar el apoyo de la extrema derecha. Vox sorprendió a los observadores el pasado jueves cuando se abstuvo en una votación que permitirá al Gobierno gastar 140.000 millones de euros del fondo de recuperación de la UE entre 2021 y 2026. Según informa Político, su gobierno de coalición iba camino de ser derrotado después de que la oposición del Partido Popular y el partido de la Izquierda Republicana Catalana, ERC, anunciaran su intención de votar en contra. Aunque Vox criticó al Gobierno por los mecanismos opacos puestos en marcha para gastar el dinero, sus 52 diputados no votaron en contra. Vox insistió en que no hubo negociaciones con el Gobierno a cambio de su apoyo, y optó por criticar al PP por ser destructivo. Los socialistas se negaron a hacer comentarios.

La situación era distinta hace unos meses, cuando Vox presentó una moción de censura contra Sánchez por su gestión de la pandemia. Él y su coalición sobrevivieron gracias al apoyo del PP, y Sánchez se deshizo en elogios hacia su líder, Pablo Casado, por tener sentido de Estado. Las tornas han cambiado desde entonces, y Cascado criticó ayer ferozmente a Sánchez, calificando la nueva alianza de gobierno Frankenstein y comparando a Abascal con los manifestantes de extrema derecha que asaltaron el Capitolio estadounidense el mes pasado.

Más allá del drama, conviene examinar por qué el PP no pensaba apoyar la ley de gasto de la semana pasada. Al igual que Vox, el PP ha acusado al Gobierno de opacidad en los planes de gasto. También ha argumentado que los fondos podrían gastarse sin un decreto de acompañamiento que reforme la maquinaria del Gobierno. Por su parte, el líder de ERC, Gabriel Rufián, ha dicho que los empresarios tienen demasiado control sobre cómo se gastarán los fondos de la recuperación, mientras que no se ha concedido suficiente poder de decisión a las autoridades regionales. Argumentó que el dinero se entregará a las mayores empresas cotizadas de España.

Estas preocupaciones van en aumento, y ayer el PP se quejó de que el Gobierno está ocultando un informe del Consejo de Estado sobre quién y cómo gestionará exactamente el dinero del fondo de recuperación. Los socialistas se negaron una vez más a hacer comentarios, y más tarde dijeron a la prensa que el Gobierno no tiene la obligación legal de enviar el informe al Parlamento. Hemos visto una historia similar en Italia, y no terminó bien para Giuseppe Conte. Además, el partido holandés CDA pagó un alto precio por aceptar el apoyo de la extrema derecha para gobernar en 2010-2012. Puede que Sánchez haya sobrevivido a la última ronda del drama político, pero esperamos que su nueva alianza no acabe bien.