La crisis, cuyo indicio es el nuevo papel del desempleado, revela “los
límites estructurales con que se encuentra el capital en su intento de
supeditar la economía inmaterial e internet a la lógica de la Comercialización, donde el principio de gratuidad sigue predominando a pesar de los intentos de establecer barreras económicas al acceso y al Refuerzo de los derechos de propiedad intelectual”[^1]. En otras palabras, la crisis no es sólo resultado de una regulación financiera inadecuada, sino que expresa “la dificultad intrínseca de conseguir que el capital inmaterial funcione como capital y que el capitalismo cognitivo funcione como capitalismo”[^2]. En este sentido, la crisis señala el final del proyecto de la Nueva Economía de la década de 1990, la idea de que el capitalismo se puede revitalizar en su forma digital, con la ayuda de programadores y otros trabajadores intelectuales convertidos en capitalistas «creativos» (el sueño encarnado en la revista Wired). Por eso hace falta una intervención estatal cada vez más fuerte que mantenga viable el sistema. No deberíamos pasar por alto una ironía doble: hay algo de cierto en la afirmación de que el socialismo de Estado se desintegró en 1990 porque no fue capaz de adaptarse a la digitalización de la vida económica y social; no obstante, la misma idea tradicional marxista de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción ahora está socavando el propio capitalismo. (De este modo, la renta básica debería reconceptualizarse no como un apoyo económico a largo plazo para los desempleados, es decir, como una medida redistributiva de la seguridad social, sino como el reconocimiento económico del hecho de que, en una economía basada en el conocimiento, la productividad colectiva del «intelecto general» es la fuente clave de riqueza.)
(2014) Problemas en el paraíso,
Romper huevos sin hacer ninguna tortilla,
Zizek
[^1]: Carlo Vercellone, The Crisis of the Law and the Becoming Rent of Profit, en Fumagalli y Mezzadra (eds.), Crisis in the Global Economy, Los Ángeles: Semiotext(e), 2010, p. 88.
[^2]: André Gorz, L’immatériel, París: Galilée, 2005, p. 55.
Pregunta en relación con este fragmento: ¿Qué pasa con la complejidad que conduce a más complejidad y el control que lleva a más control? ¿Es la IA la respuesta a la pregunta anterior? ¿O es una respuesta todavía más autoritaria a las asimetrías que se vuelven más y más inmanejables?